Una vida saludable ayuda a retardar el envejecimiento
El principal factor para un envejecimiento prematuro es la
forma en que se vivió las etapas de vida anteriores.
Hay enfermedades que dependen de la edad y otras que son
sólo relacionadas; muchos adultos mayores pueden ser sanos en la vejez.
La edad cronológica de una persona no es la que determina la
vejez, el envejecimiento es una etapa de la vida que se presenta por una suma
de factores acumulados a lo largo de la vida y la atención a éstos incide en el
grado de enfermedad de cada individuo.
Algunos de los factores determinantes para el envejecimiento
son: la manera en que vivieron las etapas anteriores, desde los problemas en el
nacimiento, el crecimiento, el desarrollo y, sobre todo, los estilos de vida
activos y saludables, así como relaciones sociales del adulto mayor.
Dio a conocer que de forma general, los mayores de 60 años
de edad padecen predominantemente enfermedades del corazón, tumores malignos,
enfermedades cerebro-vasculares, diabetes, influenza, neumonía y accidentes
dentro del hogar.
Algunas enfermedades dependen de la edad, que son aquellas
cuyo origen está directamente relacionado con su edad cronológica y el desgaste
natural del organismo, entre ellas, las enfermedades del corazón, alzheimer,
enfermedad de Parkinson, depresión, osteoporosis, cataratas, problemas
prostáticos, constipación e incontinencia.
Otras muy distintas son las relacionadas con la edad, que se
presentan en un determinado periodo de la vida, estas alteraciones no dependen
del envejecimiento como la úlcera péptica, gota, colitis ulcerativa, diabetes
mellitus e hipertensión.
La mayoría de los adultos mayores acuden a consulta
especializada para atender enfermedades crónicas. Sin embargo, también puede
haber adultos mayores sin ninguna enfermedad o bien controladas.
Los cambios que se derivan del proceso de envejecimiento
ponen a los adultos mayores en una situación de fragilidad que los hace
vulnerables ante cualquier agente agresor; son pocas las enfermedades que
afectan únicamente a las personas reconocidas como ancianas, la mayoría no
difieren de las que pueden padecer otros grupos de edad.
El proceso de envejecimiento conlleva a que el adulto mayor
presente limitaciones orgánicas y funcionales que gradualmente le impiden la
realización de actividades propias de la vida diaria, tales como bañarse,
comer, vestirse, uso de baño, desplazarse, subir y bajar escaleras, entre
otras; dependiendo de la ayuda de objetos y de otras personas; llegar a una
situación de fragilidad y alta vulnerabilidad, hace caer al adulto mayor en
dependencia.
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